Luz Pichel
(Alén, Lalín,
1947)
Alterna su residencia habitual en Madrid,
donde vive desde 1970, con pequeñas temporadas de descanso en su aldea de Alén.
Es autora de los libros de poesía El
pájaro mudo (Ediciones La Palma, 1990; I Premio “Ciudad de Santa Cruz
de la Palma”); La marca
de los potros (Diputación de Huelva, 2004; XXIV Premio
hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez); Casa
Pechada (Fundación Caixa Galicia, 2006, XXVI Premio Esquío de Poesía); El
pájaro mudo y otros poemas (Universidad Popular José Hierro, 2004.
Reúne este libro la reedición de su primer poemario junto a nuevos trabajos
como Ángulo
de la niebla, Cartas de la mujer insomne y Hablo
con quien quiero). En 2013 publicó cativa
en su lughar/casa pechada (Col. diminutos salvamentos, ed. Progresele,
Madrid), en 2015
tra(n)shumancias (Col. eme, ed. La Palma, Madrid . Su último libro
hasta el momento es CO CO CO U (La uÑa RoTa, 2017). Es una de las
autoras que participa en nuestro Número OCHO, EL OCTAVO PASAJERO.
¿De qué le salva la poesía?
Estar en la escritura es estar en
un lugar de paz y en una dimensión muy otra del tiempo y del espacio. Pero la
poesía no nos salva del mundo y sus bandidos, ni de la muerte y sus barqueros.
Si acaso, mientras construimos algo con palabras (supongo que ocurre lo
mismo en cualquier otro trabajo artístico) el ánimo descansa y se repone: se
serena la mirada y se templa la voz para enfrentarnos a ellos.
¿Un verso para repetirse siempre?
Creo que no se debe repetir nunca
el mismo verso, ni el mismo poema, ni el mismo libro. Pero a veces un verso,
unos versos, se instalan en la casa. A veces sabemos por qué, a veces no. Cito
sólo tres pero son muchos más.
Calderón de la Barca: Qué
ley justicia o razón/ negar a los hombres sabe/ privilegio tan suave/ excepción
tan principal/ que Dios le ha dado a un cristal / a un pez, a un bruto y a un
ave?
María Salgado: Europa les
informa que su servicio ha terminado.
Ángela Segovia: La herida se
llama: cansancio de significar.
¿Qué libro debe estar en todas
las bibliotecas?
Ninguno. No hay verdad tan clara.
Amor, muerte, tiempo, vida…,
¿cuál es el gran tema?
Depende. ¿Por qué no la patata?
¿Qué verso de otro querría haber
escrito?
Ninguno. Pero quiero
aprender de los buenos. Son muchos los que tendrían que ser excluidos si cito
uno solo. Sería injusto.
¿Escribir, leer o vivir?
Escribir -leer- vivir. Escribir
y leer forman parte del vivir. Vivir sin leer me parece imposible. Vivir sin
escribir sería una tristeza. No sé. No entiendo muy bien la pregunta, no
son conceptos que se excluyan, ¿verdad que no?
¿Dónde están las musas?
Ni idea.
¿Qué no puede ser poesía?
Nada.
¿Cuál es el último poemario que
ha leído?
Hacia un ruido, de María Salgado.
Si todos leyéramos versos, el
mundo…
Habría conseguido la igualdad
social entre todos los seres humanos, probablemente. Si todo el mundo leyera
poesía sería porque todo el mundo estaría, al menos, alfabetizado. Si todo el
mundo leyera poesía sería porque todo el mundo dispondría de un rato de calma,
nadie pasaría hambre ni frío ni falta de agua (¡qué difícil debe de ser leer
con frío, hambre o sed!). Se podrían decir más cosas pero esto ya sería
bastante importante, ¿no?
Tres autores para vencerlo todo.
No. No lo veo así. Nadie puede
vencerlo todo. La poesía no tiene tanto poder.
¿Papel y lápiz, teclado o
smartphone?
Teclado, ya. En la pantalla,
vemos mejor.
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