Pilar Fraile Amador
(Salamanca,
1975)
Es narradora,
poeta y crítico literario. En paralelo a su labor como escritora y profesora de
filosofía ha desarrollado una carrera académica relacionada con la
investigación literaria: es doctora en Teoría de la Literatura por la Universidad
Complutense de Madrid y Máster en Estudios Literarios por la misma universidad.
Ha publicado el
ensayo: Materiales para la ficción, de
Poe a Foster Wallace (Editorial Grupo Cinco, Nuevos Mapas, Madrid, 2017),
el libro de relatos: Los nuevos pobladores
(Traspiés editorial, 2014) y los libros de poemas: El límite de la ceniza (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2006), La pecera Subterránea (Amargord, 2010), Larva seguido de Cerca (Amargord, 2012) y Falta
(Amargord, 2015). Su primera novela: Las
ventajas de la vida en el campo, verá la luz en 2018.
Una selección de
sus poemas ha sido traducida al inglés y antologada por el escritor
estadounidense Forrest Gander en el libro Panic
Cure — Poetry from Spain for the 21st Century, (Shearsman Books, London,
2013 y Seismicity Books, 2014, EE.UU). Recientemente, y en traducción de Lizzie
Davis, ha aparecido una plaquette: Hedge,
en la Broome Street Review de Nueva
York. Por su obra en traducción disfrutó de una beca de residencia en el International OMI Center de Nueva York
en otoño de 2016.
Su trabajo, así
como sus críticas, ha sido publicado en numerosas revistas y antologías, tanto
en España como en otros países y traducido a diversas lenguas como el noruego,
el catalán o el portugués. Más información en: https://pilarfraileamador.com/.
¿De qué le salva la poesía?
De nada, espero. La salvación es un cuento.
¿Un verso para repetirse siempre?
Tyger Tyger, burning bright.
¿Qué libro debe estar en todas las bibliotecas?
Todos los posibles, en todos los formatos posibles, que no falte ninguno, sobre todo en las bibliotecas públicas, que no falten.
Amor, muerte, tiempo, vida…, ¿cuál es el gran tema?
¿Ninguno? ¿Todos? No creo que haya grandes temas, maneras magistrales de abordar los temas sí.
¿Qué verso de otro querría haber escrito?
La Tierra baldía enterito. ¿Me tengo que quedar con uno? Pues entonces este de Kavafis:
¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.
¿Escribir, leer o vivir?
Hombre, las tres. No creo que ninguna se pueda dar sin las otras: quien solo escribe y no lee ni vive no escribe bien, quien solo vive y no lee ni escribe no vive bien y quien solo lee y no vive tampoco se entera de nada.
¿Dónde están las musas?
En sus aposentos, como siempre, supongo. O en los del que pague bien por ellas.
¿Qué no puede ser poesía?
Hombre, muchas cosas, pero en resumidas cuentas es deseable que no sea un tostón.
¿Cuál es el último poemario que ha leído?
Los sonidos del barro, de Olalla Castro.
Si todos leyéramos versos, el mundo…
No tengo ni idea de qué ocurriría, probablemente nada especialmente relevante, más que leer poesía lo que cambiaría las cosas sería darnos cuenta de que lo que tenemos ahí delante de las narices son seres humanos, ni más ni menos que nosotros. ¿Podría la poesía conseguir eso? Como Kant, desconfío de que se pueda hacer mucho con nosotros.
Tres autores para vencerlo todo.
Hombre todo, todo no se puede vencer, ni posiblemente sea conveniente. Para ir tirando vienen bien: Anna Ajmátova, Blanca Andreu y Jorie Graham.
¿Papel y lápiz, teclado o smartphone?
Todo, todo lo que nos dejen.
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